Tu voz, en mi Locura.

Se puede decir que odie lo que he escrito. Que fingí inspiración donde no habia nada. Pero de donde puedo sacar algo, si todo te lo dedico a ti? Empezó como un juego, como siempre. Todo lo serio ha empezado como un juego, así como cada gran hecho al principio fue sólo un sueño. Podría ser tonto y caprichoso. Más que nada caprichoso. Pero la ganas de ti me ahogan. De todas formas, moriré enferma. O de un tiro. O me beberé mi locura y llenaré de ella mis pulmones. Podría arrpentirme de algo, pero sería considerar lo que he hecho mal. Prefiero vivir feliz, aunque sea una felicidad falsa, evitando pensamientos perfeccionistas. Podría no arrepentirme y fingir que soy perfecta. Sería una neblina constante que jugaría a cegarme. Era todo un juego al principio. Es curiosa la forma como corremos de la lluvia, pero llegamos a nuestras casas para verla desde la ventana. Directo, frío; me siento una muñeca de trapo movida por tus pensamientos. Es un viento frío en una mejillas, aplaudo mucho. Entiende que por mínimo que sea, cada paso, cada palabra es una nueva luna en mí. Cada ausencia, cada rasguño. Porque me atraviesas el alma? No sé, como lo llaman, sería sentarme y esperar. Y empezar a gritar en la oscuridad. Luciernagas alumbrando un camino. Una hoja que se cayó antes de tiempo y se siente sola. Una luciérnaga que se tropieza, y se le rompe el alma en trescientosveinticuatro pedazos. La tarde se burla, cuando empiezas a bailar con el crepúsculo. Es envidia, pero no importa. Tengo archivadas cada respiración. Un parpadear para mí, es todo lo que me hace feliz. Esto me vuelve conformista y me atonta. Si, yo me enamoré.